Para los no entendidos, decir que éste será el primer telescopio de 10,4 m de diámetro del mundo puede no decir demasiado. Pero baste aclarar que con el GTC podremos observar lo que hasta ahora era casi imposible: conocer parte de la materia oscura, ver el “nacimiento” de las estrellas y galaxias más alejadas del Universo, analizar sus componentes, profundizar en el estudio de las características de algunos agujeros negros y su evolución, descubrir qué elementos químicos componían el Universo poco después del Big bang... y, en definitiva, dispondremos de una información primordial para seguir dando pasos hacia delante en el estudio de los astros, de su pasado y de su futuro, conociendo mejor de dónde venimos y adónde vamos.
SABREMOS MÁS ACERCA DE...
El Sistema Solar:
El estudio de fenómenos planetarios recobra gran importancia conforme se avanza en el conocimiento de nuestro Sistema Solar. Además las nuevas misiones espaciales requieren observaciones de apoyo cada vez más exigentes. Entre otras, el estudio de la dinámica de las atmósferas planetarias necesita de fotometría rápida en filtros estrechos, que permiten el seguimiento de fenómenos desde el interior de las atmósferas hasta el limbo del planeta.
Los planetas externos, los objetos subestelares y las estrellas débiles:
En los años 90 se descubrieron, por primera vez, planetas externos, es decir, planetas fuera del Sistema Solar. El próximo reto será encontrar planetas de tamaño similar a la Tierra (hasta ahora, los descubiertos han sido de tipo Júpiter, es decir 11 veces mayor). Lo mismo ocurre con las estrellas enanas marrones, sólo encontradas en las cercanías del Sol; es preciso localizarlas a mayor distancia para elaborar un ‘censo’ galáctico. Así también con las enanas blancas frías, unas estrellas muy débiles, que tienen protagonismo en el origen y la evolución del halo de nuestra galaxia, la región donde se encuentran las estrellas más antiguas.
Los objetos protoestelares y la formación estelar:
Las nuevas estrellas se forman en la intimidad de las nubes moleculares frías y densas, por eso no se perciben bien desde la Tierra. Para ello es necesario un telescopio con una gran superficie colectora de luz y una excelente calidad de imagen en los rangos óptico e infrarrojo, entre otros.
Los objetos compactos y los agujeros negros:
Los objetos compactos y los agujeros negros, muy energéticos, están bien localizados, gracias a los satélites de rayos X y rayos gamma, pero se necesitan grandes telescopios para determinar su masa.
Las galaxias externas:
Quedan por estudiar las poblaciones estelares de nuestra vecindad galáctica, que sólo ha sido posible en las galaxias más próximas a la Vía Láctea. También se desconocen las abundancias químicas de las galaxias de nuestro Grupo local, así como la escala de distancias.
Las galaxias activas, las ultraluminosas y las galaxias primigenias:
La Astronomía actual debate el origen térmico o de otro tipo de las galaxias activas. Son igualmente enigmáticas las galaxias ultraluminosas, que emiten la mayor parte de su energía en el espectro infrarrojo y son un auténtico hervidero de nuevas estrellas.
La cosmología:
¿De qué elementos químicos se componía el Universo poco después del Big bang? En concreto, es importante conocer qué cantidad de helio se formó, por su papel en la nucleosíntesis, pero no es fácil determinar su abundancia donde es detectable, esto es, en las regiones HII de galaxias enanas, de las que es muy difícil obtener el espectro. Un método paralelo es detectar el litio en estrellas del halo de nuestra galaxia. Son necesarios también espectros de muy alta resolución para estudiar las propiedades de objetos muy alejados, que aparecen con un alto desplazamiento al rojo por efecto Doppler, como galaxias lejanas y cuásares.
ENLACES A PROGRAMAS CIENTÍFICOS DE LOS INSTRUMENTOS:
OSIRIS: http://www.iac.es/proyect/OSIRIS/
CANARICAM: http://www.astro.ufl.edu/CanariCam/canaricam_home.htm;
http://www.iac.es/proyect/CCam/